El arte de performance surgió de la noción y la apreciación del proceso y la acción en la pintura y el arte que impregnaron la década de 1950, siguiendo la teoría de la poièsis de Paul Valéry, popularizada por la noción de action painting de Harold Rosenberg e ilustrada por las fotografías y películas de Hans Namuth sobre Jackson Pollock en acción.
La acción, el hacer, se colocó junto al objeto como pieza a apreciar estética y conceptualmente y fue formulada visualmente por primera vez en 1955 por el grupo de artistas japoneses Gutai, en particular Akira Kanayama, SaburÃ…Â Murakami, Kazuo Shiraga y Atsuko Tanaka. Les siguió unos años más tarde el movimiento Happening, que se desarrolló a ambos lados del Atlántico, en Nueva York y París, con Allan Kaprow, Yoko Ono, Wolf Vostell, Claes Oldenburg y Jean-Jacques Lebel. Un movimiento continuado por Fluxus con George Maciunas, Alison Knowles, Dick Higgins, Nam June Paik y, por supuesto, Joseph Beuys; y en Viena por Günter Brus, Hermann Nitsch, Otto Muehl, Rudolf Schwarzkogler, Valie Export y Peter Weibel.
Lo que hoy llamamos arte de performance (“performance art “)fue inventado por Joseph Beuys con el nombre de “arte de acción”, denominación que posteriormente utilizaron la mayoría de los demás artistas y se ha desarrollado a lo largo de los años hasta convertirse en un género por derecho propio. Una acción viva puede tener lugar en cualquier escenario o espacio, durante cualquier periodo de tiempo, y se basa en la acción humana con objetos, concepto, duración, presencia y lugar. Sólo puede experimentarse en vivo o verse a través de documentación fotográfica o vídeo. Entre los pioneros prolíficos del arte de la performance se encuentran, además de los ya mencionados, artistas como Yves Klein, James Lee Byars, Chris Burden, Marina Abramović, Ulay, Carolee Schneeman, Ana Mendieta, Nigel Rolfe, Tehching Hsieh y Vito Acconci, entre otros.